Paisaje

EL LAGO ESCONDIDO, CONFITERÍA PETREL Y EL CAMINO VIEJO DEL PASO GARIBALDI - TIERRA DEL FUEGO

(Víctor A. Jouvardás)

CUANDO YO FALLEZCA

Cuando yo fallezca,

cuando falte de esta vida,

cuando mi alma viva y os vea,

cuando a la vida nada la entorpezca,

solo abre partido a la verdadera vida.

Cuando velar los penares quieran,

cuando sientan la ausencia de vida,

no hagan idolatría de merecer la pena,

que es suficiente el ego que veneran.

No quiero salas con flores muertas,

no quiero lloros ególatras,

no quiero maderos ni cruces,

solo quiero al Cristo vivo sin el madero.

Cuando yo fallezca no habré muerto.

Solo habré cruzado el umbral a la nueva vida,

Camino inalienable de todo ser vivo de esta vida.

Quimera de un abrir y cerrar de ojos, como argumento.

Cuando de velar se trata la despedida.

Os pido con dulzura, cremen mi cuerpo.

Cuando en canción se transforme la ausencia,

permitan que fluya la alegría en vuestras vidas.

Solo recuerden que el Cristo vino al mundo,

para darnos paz, alegría, y sobre todo Amor.

Paz y alegría para vivir en armonía,

amor para que entendamos que la vida es eterna.

Falleciendo en la cruz, por toda la humanidad.

El nos enseñó a no ser egoístas y ser libres,

que la pasión de la sangre es eterna.

Hidalguía de un proceso sin fin.

Melodía perfecta de eterna sabiduría.

Por eso cuando yo fallezca, no quiero lágrimas.

Cuando parta sin regreso quiero canciones.

Cuando mi cuerpo vuelva a su origen,

ya estaré vivo junto aquel que llamamos Dios.

Cuando sientan la necesidad de recordar,

cuando la vida ensordezca vuestros oídos,

cuando el mundo se convierta en saeta,

amen vuestras vidas, que eternas son.

Cuando yo fallezca estaré vivo en ustedes.

(Víctor A. Jouvardás)