Del Teatro del Silencio al Parnaso
Amanece, los rayos del sol,
iluminan la gran ciudad.
Al occidente del Río Choluteca,
Al occidente del Río Choluteca,
dondeComayagüela es flor.
Danzan las Guacamayas
en el ocre otoño, anunciando
en el faldeo del Picacho que se alegra,
sabiendo de la llegada del gran literato
La brisa casi fría del próximo invierno,
sabiendo de la llegada del gran literato
promete bellas orquídeas de la Virgen.
17 de Abril fecha de nostalgias y tiempo.
1875, tributos del alma que emergen.
Tu pasión en las letras y la política.
Elogios vivos de Rubén Darío,
Y salutación a los Poetas Brasileños.
Que rosas, espinas y lágrimas cual amalgama.
El Águila, como Castelar alabo.
Sinergia de principios en el alma mía,
cuando entiendo de grandezas en el tiempo.
Admirador de William
Shakespeare
Tu corazón palpita entonando tus
sonetos
Que el Rey Lear, Yago, Ofelia, y más
latente
El cuento El Chele palpitando en
momentos
De la mano de Terencio Sierra, el
candidato.
No importó para él tu dolor, y la
penuria llegó.
Hambre soledad y alcohol en desidia.
Renueva la esperanza y al camino,
con fuerza enaltece la apuesta.
El Presidente Bonilla y Turcios,
apoyan
la nueva apuesta.
Resurge su vida como los grandes-
Renueva sus amistades tras la memoria.
al tercer congreso Iberoamericano y
viva.
En Europa conociste a Santos Chocano,
de finuras llenó tu alma y dio letra.
La Niña de la Patata, Bahía de Río de
Janeiro,
Pernambuco y la caída de Bonilla.
Nuevamente el exilio y la historia repetirá,
el delgado sendero del dolor y el
olvido.
La grandeza de tu alma es lastimada,
y lo social ante tu sensibilidad te
doblegó.
Visionario oculto en un estrecho mundo.
La época avizoraba el final de la
etapa.
La precaria condición despacio lo
atrapó,
Anunciaste tu partida como fuiste,
un grande entre lo pequeño del mundo.
Tu poema después que muera lo hiciste,
tras una lágrima que surcó tu rostro.
Seguro como siempre, y rodeado
en tus sueños, dejaste sublime
enseñanza.
En una caminata por maculhuaca de San
Salvador,
el 1º de Noviembre de 1908, era
domingo.
Las orquídeas tristes se marchitaban,
el sol ocultaba sus rayos tras grises
nubes,
que auguraban una partida tras la
grandeza.
Tu corazón apagó su tic tac para
descansar.
Si puedo decirte grande entre los
grandes,
y decir a los cuatro vientos tu
grandeza.
Hace más de cien años, pero hoy vive.
Uno de los más grandes poetas,
que ha dado nuestra América Central.
Hijo de Honduras su madre patria.
Juan Ramón Molina un grande entre
pocos.
Cuando Acaricio Tu Rostro
En
la inmensidad de tu grandeza,
tomo
la pluma y dejo fluir tu sentir.
Propongo
desde mi corazón, para
darme
cuenta que eres mi diario vivir.
Tu
cuerpo bello en la inmensidad,
recorren
mis ojos y ubican tu rostro,
que
de tus contornos trascienden e iluminan.
niña
trémula, América latina es tu nombre.
Cuando
escribo acaricio tu rostro,
y
entre mis manos tomo el bandoneón,
escribo
tu nombre y nacen notas musicales
del
alma mía eternas y ancestrales.
Cuando
acaricio tu rostro delicado,
de
sutil y viva porcelana fresca.
Una
suave e interminable brisa tierna,
recorre
mi existir y mi cuerpo.
Palidece
encaprichada la noche.
La
música penetra tras el silencio.
Tus
ojos cual verde aterciopelado,
brillan
como dos esmeraldas en la noche.
Tertulias
de recuerdos olvidados.
Poetas
de aquí y de allá, transitan
tus
largos caminos celosos de su destino.
Hoy
más que nunca habla tu humildad.
Cuando
acaricio tu rostro, y observo
como
tu sonrisa envuelve la mía,
y
tu corazón resuena en el mío.
Capricho
de bandoneón y pasión.
Remembranzas,
tu extensión lo amerita.
Sentimiento
de sentimientos absortos,
sentimiento
del Inca al Shelk’nam.
Vastos
territorios sometidos en libertad.
Cuando
acaricio tu rostro niña,
y
tu mano toma la mía, ennoblece
mi
sentir, y en tí me engrandece,
el
jugar tus juegos y disfrutar tu alegría.
Cuando
acaricio tu rostro, veo
el
mío disfruta de ser el tuyo.
Mí
corazón palpitar de nuevo quiso,
en
un incansable renacer del tiempo.
Cuando
escribo acaricio tu rostro
Cobijo
la necesidad de estar y de ser,
compartiendo
todo y por que no,
la
misma vida junto a ti en un instante.
Niña
de donde fueras en el alma mía.
Música,
tamboril, dos por cuatro y bandoneón.
Cobijo
y ternura de la diversidad eterna pasión,
que
comprendes bandoneón de mi vida.
Si
cuando te miro acaricio tu rostro,
La
diversidad musical compagina el presente
y
entre mis viejas manos te tomo,
y
nacen notas musicales,
del
alma mía eternas y ancestrales.
Dos
voces en el silencio de la vida alegran la existencia, y sus notas musicales
forman la orquesta sinfónica jamás vista. Sus preludios invaden el sentimiento
y proclaman el amor vivo en el sentir de una mujer enamorada cual sonata nocturna, despertando al son del
violín y el canto de las ninfas ocultas en el secreto de amar en la inmensidad,
y la diminuta existencia en un instante eterno en la pasión de la verdadera necesidad de sentirse amada.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Hola! Recuerda que la manera más antigua que el ser humano ha utilizado para expresar su pensamiento, fue la escritura. Pues entonces exprésate y comparte tus comentarios aquí…