Feliz día de la Madre
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Poema
de Gustavo Adolfo Bécquer
Amor
Eterno
Podrá
nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Feliz Día de la Madre
Mucha cosas en la vida pasan
desde la concepción, que a veces
mimetizamos con el acontecer diario, olvidando que estamos para vivirla, pero
aún más, lo importante es que solo recordamos a la mujer cuando necesitamos de
ella, y justo en el día más importante la recordamos y así mismo olvidamos que
estamos por su amor, como lo es el de ser
Madre. Aprovecho este día para recordarte y recordar a la humanidad que
sin ti no estaríamos en el circuito de la vida, y que no solo debemos
recordarte en tu día, sino en todos los días de nuestras vidas. Feliz día de la
madre a todas las madres y mujeres del
mundo.
ELO – 2014 (VAJ)
Poema
de Alfredo Espino
Las manos de mi madre
Manos las de mi madre, tan acariciadoras,
tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras.
¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman,
las que todo prodigan y nada me reclaman!
¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,
me sacan las espinas y se las clavan en ellas!
Para el ardor ingrato de recónditas penas,
no hay como la frescura de esas dos azucenas.
¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias
son dos milagros blancos apaciguando angustias!
Y cuando del destino me acosan las maldades,
son dos alas de paz sobre mis tempestades.
Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas,
porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas.
Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;
¡Son las únicas manos que tienen corazón!
(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:
aprended de blancuras en las manos maternas).
Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,
cuando tengo las alas de la ilusión caídas,
¡Las manos maternales aquí en mi pecho son
como dos alas quietas sobre mi corazón!
¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!
¡Las manos de mi madre perfuman con terneza!
tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras.
¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman,
las que todo prodigan y nada me reclaman!
¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,
me sacan las espinas y se las clavan en ellas!
Para el ardor ingrato de recónditas penas,
no hay como la frescura de esas dos azucenas.
¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias
son dos milagros blancos apaciguando angustias!
Y cuando del destino me acosan las maldades,
son dos alas de paz sobre mis tempestades.
Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas,
porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas.
Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;
¡Son las únicas manos que tienen corazón!
(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:
aprended de blancuras en las manos maternas).
Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,
cuando tengo las alas de la ilusión caídas,
¡Las manos maternales aquí en mi pecho son
como dos alas quietas sobre mi corazón!
¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!
¡Las manos de mi madre perfuman con terneza!
Feliz día de la madre
Una caricia, una lágrima,
Un beso apasionado.
Sus manos y una caricia
posponen sin más su obligación.
Un susurro en el oído.
Adagio de pasiones,
que no olvidas en tu corazón.
Solo piensas y te estremeces.
Como puedes olvidar,
lo más apasionado del amor.
Solo escuchas, sonríes y amas.
Preludios eternos de amor.
Hoy todos recodamos
el regazo, y el amor.
De ser madre y tu esplendor,
tus manos, tu voz de amor y seda
Para las que esperan.
Aquellas que lloran por verte grande,
para las que ya son de seda,
y esperan serlo con sus nietos.
También para las que ya no están,
y solo en presentes recuerdos.
nos cuidan, y nos arropan en sueños
feliz día de la madre.
.
ELO – 2014 (VAJ)
Poema de Gabriela Mistral
La madre triste
Duerme,
duerme, dueño mío,
sin zozobra, sin temor,
aunque no se duerma mi alma,
aunque no descanse yo.
sin zozobra, sin temor,
aunque no se duerma mi alma,
aunque no descanse yo.
Duerme, duerme y en la noche
seas tú menos rumor
que la hoja de la hierba,
que la seda del vellón.
seas tú menos rumor
que la hoja de la hierba,
que la seda del vellón.
Duerma en ti la carne mía,
mi zozobra, mi temblor.
En ti ciérrense mis ojos:
¡duerma en ti mi corazón!
mi zozobra, mi temblor.
En ti ciérrense mis ojos:
¡duerma en ti mi corazón!
Vida, mujer y madre
Los senderos de la vida, que llevan al camino
final del encuentro, señalan el amor como estandarte de la mujer, que sin temor
engendra en su vientre la vida. En ella una lágrima parte el corazón del niño
que solo entiende del amor puro del ser que lo engendró, pero así mismo también
las hay ficticias que lastiman, y hasta matan ocultas valla a saber de qué,
pero así mismo el amor es superior he infinito, por lo que se debe agradecer
que su vientre fue portador de vida y no oculto a las transgresiones humanas
superfluas a la propia vida, por eso: Para las que fueron mujer, madres,
abuelas y amigas, para las están en el cielo, para las que los negaron, para
las que los dieron y lastimaron su esencia, para las que los mataron por no tenerlos,
para las enfermas y para todas las mujeres del mundo, en este día tan especial,
tengan un feliz día de la madre por ser parte y dar vida en el amor alguna vez
presente.
ELO – 2014 (VAJ)
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