Deseo

Deseo

 

Deseo la paz,

pero no deseo hacer la paz,

porque para ello es necesario, la guerra.

 

Deseo el amor

pero no deseo el querer,

que permite someter.

 

Deseo la humildad,

pero no deseo la sumisión,

porque somete sin piedad.

 

Deseo decir la oración que mi corazón dicta,

pero no deseo decir oración, que no sienta el alma,

porque redundaría en una mentira.

 

Deseo oír música celestial,

pero no desearía oír la música trivial,

porque siempre la guerra genera.

 

Deseo el amor angelical,

pero no deseo molestar su bondad,

porque confundiría lo real con lo abstracto.

 

Deseo tener salud,

pero no deseo envidiar del prójimo la salud,

porque sería miserable.

 

Deseo el perdón,

pero no deseo lastimar con él,

porque daña el sentimiento y se transforma en ego.

 

Deseo siempre decir la verdad,

pero no deseo mentir,

porque daría alimento al ego y la avaricia.

 

Deseo el dolor, que la vida propone,

pero no deseo crear el dolor por la vanidad y el odio,

porque sería la dicotomía más perfecta y la desidia.

 

Deseo un espíritu lleno de bondad y amor de Dios,

pero no deseo un espíritu magnánimo sobre los demás

porque su despropósito sería fatal.

 

Deseo ser siempre niño en el corazón

pero no deseo ser niño en mi realidad física,

porque se habría tergiversado la verdadera esencia.

 

Deseo tener prosperidad,

pero no deseo ser próspero sobre el prójimo y su vida,

porque sería el sumun de la avaricia y el ego.

 

Deseo amar para servir

pero no deseo dominio para ser amado,

porque es la plegaria de la gran destrucción.

 

Deseo compasión de mí mismo sobre mí,

pero no deseo, que la compasión sea el anfitrión de una guerra.

porque es una realidad viviente y se convertiría en nuestra extinción.

 

Deseo derramar lágrimas cristalinas,

pero no deseo, lágrimas de odio y ternura,

porque son falsas y oscuras.

 

Deseo que la fe viva en mí,

Pero no deseo, que la fe sea solo palabras,

Porque es falsa, confunde y lastima la esencia.

 

Deseo que Dios siempre esté presente en mí,

pero no deseo que Dios, sea aquello que me oculte de la realidad,

porque Dios siempre está, es una realidad y jamás se oculta.

 

 

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